A paso firme

2 de junio de 2010

Tus mocasines vetustos,
que mil demonios encierran;
de contornos familiares

y curtida memoria.

Ahora me pertenecen,

legados por caridad;

orgullosos en mis pies,

azuzando hilaridad.


Un tanto holgados,

debo confesar.

Bailando a su ritmo,

se quieren zafar.


¿Quién me presta unas plantillas?

Lustrando este añejo calzado,

mil voces me acompañan;

y ante las fauces de la moda,

susurraron:
me ne frega!

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