devoran la ciudad;
hombres cabalgados,
padecen la amistad.
Desde una boquense
República de Saboya,
a la Frontera recoleta;
mercachifle, ruidosa.
¡No me bajo del noventa y dos!
Bastón de rattan en mano,
entre sardinas me abrí paso,
consolando un teletrófono.
Hollín en la tarde
del Áureo Cristo;
¡Oh Prima Materia y
cerumen repulsivo!
Estos alaridos espantosos
de un cáncer petulante,
harán de mi ariete un bisturí;
[y de mi Vocación soberana]
una revuelta Exorcista.
A los abortos de Saturno,
un Espejo cóncavo.
¡Por los Cuernos de Pan!
Y la Sangre de mi Hermana.
hombres cabalgados,
padecen la amistad.
Desde una boquense
República de Saboya,
a la Frontera recoleta;
mercachifle, ruidosa.
¡No me bajo del noventa y dos!
Bastón de rattan en mano,
entre sardinas me abrí paso,
consolando un teletrófono.
Hollín en la tarde
del Áureo Cristo;
¡Oh Prima Materia y
cerumen repulsivo!
Estos alaridos espantosos
de un cáncer petulante,
harán de mi ariete un bisturí;
[y de mi Vocación soberana]
una revuelta Exorcista.
A los abortos de Saturno,
un Espejo cóncavo.
¡Por los Cuernos de Pan!
Y la Sangre de mi Hermana.