Ninfas absolutamente digeribles

14 de abril de 2010

Poca cosa un homicidio,
de polilla maquillada.
Sobrevuela e incomoda;
vacía, pérfida y dorada.

Nada más que ofertar;
su belleza es pelusa.
¡Oh Almendro soberano!
¿te prometió dulzura…?

(A todos los ojos cansa,
la envidia o el deseo,
que una mujer cultiva,
en los llanos elíseos).

Pero los demonios hacen mella,
de una Espada abandonada;
gracia y barro sin distingo,
en el corazón de un niño.

Concupiscente polilla,
hipócrita y rubicunda,
de escocesa minifalda,
y sueños papier maché.

0 comentarios:

Publicar un comentario