De patricio plumaje
y esclavo de los vientos;
sin ancla,
sin remo.
Un silencio cómplice,
tus ojos voraces de júbilo;
promesa, de muerte herida
por el orgullo.
Si ya nada la tierra
a tu pueblo ofrecerá,
has sellado tu oscuro destino,
¿por qué dudarlo?
Quieras marino tener el valor
de surcar otros mares,
quieras marino existir y
violar todas las leyes.
Cuando la amistad es una máscara,
cuando el corazón te traiciona,
prometo soledad y muerte,
de espaldas al idilio.